Actualizado el 05/07/2023

Bonitas cartas para pedir disculpas a tu mamá

No hay peor sensación en el mundo que la que se siente al estar peleado con mamá. Sientes que te falta una parte de ti mismo, no lograr concentrarte… Y no es para menos. Una madre y un hijo son materia de la misma fuente, dos cuerpos, una sola alma, pelearse con ella es como hacerlo contigo.

Es peor que cualquier pelea que puedas tener y por eso requiere una reconciliación inmediata. Con mamá no hay orgullo y no debe haber impedimentos para aceptar los errores y dejar los malos ratos donde deben estar; en el pasado.
Puedo pelearme con la mitad del mundo sin que me afecte, pero no puedo pelearme contigo y pretender que puedo seguir viviendo como si nada hubiera pasado. Me falta el aire.

Es la sensación más horrible que una hija pueda sentir. Probablemente nunca podremos ponernos de acuerdo en nada, no es un secreto que somos tan opuestas como el día y la noche… Pero no podría imaginar la vida sin ti. Sin nuestras discusiones, sin mis caprichos y tus regaños. No te pido que cambies, porque yo tampoco creo poder hacerlo, al menos no como te gustaría, solo pido que enfrentemos nuestras diferencias con la misma naturalidad con que sonreímos o nos abrazamos.

Otro ejemplo sería:

Dios nos eligió para compartir la vida por una razón. Pude haber tenido una madre diferente, tu otra especie de hijo pero estamos aquí los dos. Debutando este título que nadie nos enseñó a defender, eso ha de aprenderse en el camino. Ese camino puede ser escarpado, polvoriento e incómodo. Podemos arañarnos el alma, intentar cambiar lo que somos, pero solo vamos a conseguir hacernos daño, ante los designios de Dios no hay voluntad o deseo que valga.

Así que, yo te propongo que hagamos de ese caminar, una experiencia agradable, un continuo crecer y descubrirse, uno en el otro. Sabes que te amo más allá de cualquier discusión o desacuerdo, aprecio la valentía de verme crecer con todo lo que eso significa. Soy tu hijo, soy un ser humano imperfecto que quiere día a día ser mejor, corregir sus errores y enorgullecer a su madre.

Y un tercer ejemplo:

Mamá, eres mi mejor amiga, la que mejor me conoce. Me conoces más de lo que yo me conozco, y aun así me amas, y me permites amarte con todos los defectos y virtudes de mi corazón. Lo último que quiero es pelearme contigo, si odio pelearme con mis amigas, hacerlo contigo es simplemente insoportable. Junto mis manos y le pido a Dios que nos ilumine a ambas, para no dejarnos llevar por el calor del momento y terminar peleando por pequeñeces.

Y en caso de que suceda mil veces más, te prometo que mi orgullo no va a ser impedimento para decirte mil veces lo siento, aunque no sea mi culpa… Mami, te amo más que a nada en el mundo y me duele no poder abrazarte como quisiera. Como una hija debe abrazar a su madre y amiga.

Una madre es una bendición, que se debe cuidar y proteger todos los días con amor y ternura. Somos seres humanos, no estamos exentos de sentir enojo o rabia, pero sí nos corresponde pedir disculpas y reconocer que nos hemos equivocado.

Imagenes cortesia de «Stuart Miles»/ FreeDigitalPhotos.net

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